Ergebnis gesprochen von "Mario Ríos y Santiago Ramírez" in Alle Kategorien

¿Cómo es posible que en lugares tan distantes del mundo se hayan inventado historias tan similares? ¿Es el mismo cuento que viajó de tierra en tierra y fue cambiando en cada una? ¿O en tierras distantes, distintas personas inventaron historias semejantes? Urashima es una antigua historia tradicional de Japón con un misterioso viaje en el tiempo.

¿Cómo es posible que en lugares tan distantes del mundo se hayan inventado historias tan similares? ¿Es el mismo cuento que viajó de tierra en tierra y fue cambiando en cada una? ¿O en tierras distantes, distintas personas inventaron historias semejantes? Bodas oscuras es una versión sudamericana entre muchísimas historias similares a La bella y la Bestia.

¿Cómo es posible que en lugares tan distantes del mundo se hayan inventado historias tan similares? ¿Es el mismo cuento que viajó de tierra en tierra y fue cambiando en cada una? ¿O en tierras distantes, distintas personas inventaron historias semejantes? La serpiente mágica es una versión china de muchas historias similares a La bella y la Bestia.

¿Cómo es posible que en lugares tan distantes del mundo se hayan inventado historias tan similares? ¿Es el mismo cuento que viajó de tierra en tierra y fue cambiando en cada una? ¿O en tierras distantes, distintas personas inventaron historias semejantes? Este cuento africano, Las calabazas del Kouss, narra una historia de buenos y malos, premios y castigos, que se cuenta un poco distinto, un poco parecido, en todos los lugares del globo.

¿Cómo es posible que en lugares tan distantes del mundo se hayan inventado historias tan similares? ¿Es el mismo cuento que viajó de tierra en tierra y fue cambiando en cada una? Kotsi y sus hermanas es una historia contada en Canadá por los habitantes originarios, en la que un viaje en el tiempo quiebra la historia del héroe.

Una vez un niño se levantó muy tarde por la mañana y se puso a contarse los dedos de los pies. Se los contaba y se los contaba, porque la cuenta no le daba diez, ¡sino nueve!