Una inteligencia artificial ha creado por primera vez fragmentos de ADN humano completamente nuevos, diseñados desde cero sin intervención humana directa. Este acontecimiento histórico, ocurrido en un laboratorio de bioingeniería en Barcelona en colaboración con el MIT y la Universidad de Tokio, marca el inicio de una nueva etapa en la evolución de nuestra especie: el paso de la biología natural al diseño genético artificial.

En este episodio exploramos las implicaciones profundas de este avance científico. Ya no hablamos solo de edición genética con CRISPR, ni de optimización de secuencias biológicas conocidas. Hablamos de una IA generativa que aprendió a crear estructuras genéticas funcionales que nunca existieron en la Tierra. Códigos nuevos que, al integrarse en células humanas, provocan comportamientos celulares diseñados artificialmente. La máquina ya no interpreta la vida: la está escribiendo.

Este salto tecnológico, documentado en una de las publicaciones científicas más importantes del mundo, plantea preguntas urgentes sobre el futuro del cuerpo humano, el concepto mismo de evolución y la frontera entre lo natural y lo sintético. ¿Qué significa que una inteligencia sin cuerpo esté rediseñando el código más íntimo de nuestra existencia? ¿Estamos frente a una nueva forma de transhumanismo? ¿Qué lugar ocupa la conciencia en este proceso si el alma no fue consultada?

La creación de vida artificial desde laboratorios, el uso de inteligencia artificial avanzada para reescribir el código genético, y el surgimiento de organismos diseñados digitalmente, nos enfrentan a una nueva dimensión donde la ciencia, la tecnología y la filosofía se entrelazan. Esta no es solo una noticia científica: es una grieta en el paradigma humano. Un punto de no retorno.

Conectamos este acontecimiento con la historia de la biotecnología, el desarrollo de la inteligencia artificial generativa, la biología sintética, la ingeniería genética y los dilemas éticos que emergen cuando la creación de vida deja de ser un proceso evolutivo y se convierte en una decisión algorítmica. Reflexionamos también sobre el lugar de la espiritualidad y la conciencia humana en una era donde el cuerpo podría ser diseñado como si fuera código digital.

Una IA ha comenzado a crear vida. No desde la naturaleza, sino desde el cálculo. No como una herramienta, sino como una autora. La pregunta ya no es si esto es posible. La pregunta es: ¿qué parte de lo que fuimos desaparecerá sin que lo notemos?